Su diseño es sobrio y sencillo, una residencia de espacios amplios cuyo
propósito es crear un lugar activo y acogedor para vivir, donde cada residente
puede apropiarse del proyecto.
Los volúmenes construidos están suspendidos del suelo para facilitar los
usos comunales del campus. Cada edificio rodea su jardín central con amplios
pasillos, que generosos y apropiados, extienden el espacio privado de los
alojamientos individuales. La piel del edificio se mantiene siempre cambiante,
pues reacciona tanto al entorno por su reflexión como a las prácticas de sus
ocupantes por su movilidad. Las
habitaciones con su mobiliario son espacios estándar que articulan las
funciones principales: descansar, trabajar, cocinar y recibir.
Podemos destacar su mayor virtud, su adaptabilidad a los diferentes
estilos de vida, culturas y personalidades de sus estudiantes, que son los
encargados de dar espíritu al lugar.
Autor del análisis: Bryan Pérez Jumbo
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